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3.1.08

Actualidad Agropecuaria


2008-01-02
UN SECTOR EN CRISIS
Las exportaciones de carne seguirán restringidas al menos hasta marzo

Además, subirán progresivamente el peso de faena para aumentar la producción.
Tal como se esperaba, el Gobierno prorrogó anteayer la vigencia de los cupos de exportación de carne que rigen desde 2006. Pero la novedad es que lo hizo sólo hasta el 31 de marzo próximo y alienta así la expectativa de la industria frigorífica y de los ganaderos de poder liberalizar, aunque sea parcialmente, los embarques. Por otros tres meses, los frigoríficos podrán exportar en conjunto hasta alrededor de 40.000 toneladas mensuales de cortes bovinos. Cada empresa podrá vender al exterior hasta el 50% mensual de las carnes enfriadas y congeladas que exportaba en 2005. Fuera de esta regulación queda la cuota Hilton, cuya materia prima son los cuartos traseros de los novillos pesados (de más de 460 kilos); se trata de unas 29.000 toneladas. En los considerandos, la norma sostiene que "se prevé reunir a la Mesa de Ganados y Carnes", un espacio de diálogo de la cadena cárnica que funciona en la Secretaría de Agricultura y que no se reúne desde agosto. En esa mesa se empezaría a discutir la nueva política sectorial. En 2007, tal como se esperaba dadas las restricciones vigentes y ahora prorrogadas, se habrían exportado cerca de 500.000 toneladas de carne. En los 10 primeros meses de ese año, las exportaciones facturaron US$ 1155 millones, un 9,4% más que en el mismo período de 2006, lo que habla de los buenos precios de los productos. El Gobierno también prorrogó anteayer la exigencia del peso mínimo de faena de 240 kilos por animal vivo, e incorporó un mecanismo para ir elevándolo progresivamente. A partir del 1° de abril, el peso mínimo pasará a 260 kilos, y el 31 de diciembre próximo, a 280 kilos. Con esta medida, el Gobierno busca incrementar la producción de carne -al obligar a faenar animales más pesados-. Según informó la agencia estatal Télam, se prorrogó hasta el 31 de marzo próximo lo ordenado por la Resolución 68/07, que prohibió "la comercialización con destino a faena de terneros cuyo peso de res con hueso sea inferior a 132 kilos". El rendimiento medido en carne de cada animal está estimado en alrededor del 55 por ciento de su peso vivo, por eso la resolución habla de res con hueso. Para la producción, el dato del peso mínimo no es menor, dado que cuanto más alto es ese número, más tiempo lleva criar el animal y, consecuentemente, los costos son mayores. La resolución reconoce veladamente el impacto negativo que tuvo en el pasado la errática política oficial en materia de peso mínimo, que en 2005 había sido fijado en 260 kilos y luego elevado -en 2006- a 280 kilos para ser reducido a 240 kilos el año pasado con el fin de descomprimir la situación de una ganadería en crisis. A pesar del renovado interés que estas disposiciones despiertan entre productores y empresarios frigoríficos, una fuente oficial dijo a LA NACION que el Gobierno irá despacio. "Durante estos meses vamos a tener una discusión sobre todos los temas de la carne, pero no de manera inmediata porque las cosas están tranquilas y los precios, estables", dijo. "Esto da un marco de previsibilidad de tres meses durante el cual se podrá elaborar una metodología que nos permita exportar mayor volumen. Aumentando 10 kilos el peso mínimo de faena y bajando 10 kilos el consumo anual per cápita -que está en el orden de los 70 kilos-, podemos duplicar las exportaciones", se entusiasmó Mario Ravetino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carne ABC. "Con un criterio, dentro de todo, adecuado, se extiende la vigencia de estas resoluciones para que podamos charlar, discutir y tratar de llegar a un acuerdo sobre cuál va a ser la política de producción y exportación", coincidió Ernesto Ambrosetti, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), de la Sociedad Rural. La ganadería entró en crisis en marzo de 2005, cuando el presidente Néstor Kirchner prohibió totalmente las exportaciones ante la fuerte suba de los precios al consumidor. Desde entonces, las ventas al exterior están restringidas, y el Gobierno intervino en la comercialización de hacienda con precios máximos.



Modifican el peso mínimo de faena con excepciones para tambos y productores ganaderos patagónicos
Se mantiene en 132 kilos res con hueso durante el primer trimestre de 2008.
Pero aumenta a 143 kilos desde el 1 de abril y hasta el 31 de diciembre de 2008 y será de 154 kilos a partir del 1 de enero de 2009.La comercialización con destino a faena de medias reses de terneros/as deberá tener un peso mínimo de 132 kilos res con hueso (240 kilos en pie) durante el primer trimestre de 2008. Pero dicho peso aumentará a 143 kilos desde el 1 de abril y hasta el 31 de diciembre de 2008 y será de 154 kilos a partir del 1 de enero de 2009. Así lo dispuso la resolución 68/07 de la Sagpya, publicada hoy en el Boletín Oficial.

La norma aclara que “no se considerará infracción si hasta un 10% de las reses que componen la tropa se encuentra por debajo de los pesos mínimos de faena establecidos para cada período, y siempre que dichas reses superen los 118 kilos por res con hueso lograda, a partir de la entrada en vigencia de la presente resolución y hasta el 31 de marzo de 2008; los 128 kilos por res con hueso desde el 1 de abril de 2008 y hasta el 31 de diciembre de 2008 y los 138 kilos desde el 1 de enero de 2009”.

“De incumplirse alguno de los dos parámetros de tolerancia mencionados, se considerará en infracción a la totalidad de las reses de mamones y terneros (machos y hembras) que se encuentren por debajo del peso mínimo de faena definidos en el artículo precedente”, añade la resolución.

Se exceptúa del cumplimiento de lo dispuesto por la resolución 68/07 al sacrificio de animales efectuado en establecimientos faenadotes situados en la región Patagonia Sur, comprendida por las provincias de Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. También quedan exceptuados los animales faenados en las localidades de San Carlos de Bariloche e Ingeniero Jacobacci (Río Negro), pero “sólo para la hacienda bovina que exclusivamente provenga de la zona de influencia a la de los establecimientos faenadores, como de aquella hacienda que provenga de las zonas sanitarias denominadas Patagonia Norte B (sin vacunación) y Patagonia Sur”.

Además, se dispuso exceptuar de dicha limitación a los terneros machos de las razas Jersey, Holando Argentino y/o sus cruzas entre sí, provenientes de establecimientos inscriptos como “tambo” ante el Senasa, “cuyo peso de res con hueso lograda sea inferior a 50 kilogramos”.

En los fundamentos de la medida, se indica que “existen razas bovinas de aptitud lechera de las cuales sólo tienen un valor comercial razonable las terneras (hembras), no siendo así el caso de los terneros (machos)”.

“Las razones por las cuales carecen de valor dichos productos están dadas porque su crianza y posterior engorde resulta antieconómico, dada la incapacidad biológica de este biotipo animal de producir carne en forma competitiva con las razas carniceras”, apunta la resolución 68/07, para luego añadir que “se estima una cantidad de vientres de estas razas y/o sus cruzas de alrededor de 2.000.000 de cabezas, resultando de estos un número de nacimientos aproximado de 900.000 terneros machos”.

“Las circunstancias anteriormente descriptas generan como consecuencia que algunos titulares de establecimientos dedicados a la producción lechera, que utilizan las razas mencionadas y/o sus cruzas, tomen la decisión de sacrificar los terneros machos, con el consecuente desperdicio de dicha mercadería. Lo expuesto hace necesario se proceda a la adecuación de la normativa vigente en consonancia con las situaciones descriptas, sin desatender los objetivos perseguidos por la norma originaria”, señala la norma.



Otro factor alcista: China aplica derechos de exportación a cereales
A partir de ayer martes 1 de enero los exportadores de commodities agrícolas que operan en la nación asiática deberán pagar 20% a 25% de derechos para exportar trigo y sus subproductos...
...mientras que para realizar envíos de maíz/arroz y sus derivados el impuesto se ubicará en un rango de 5% a 10%.

China va camino a ser un país importador de cereales. Las cotizaciones del maíz en el mercado de Chicago cerraron ayer con alzas luego de que las autoridades chinas anunciaron que aplicarán impuestos a la exportación de granos y subproductos agrícolas para contener los precios internos de los alimentos.

A partir de hoy martes 1 de enero los exportadores de commodities agrícolas que operan en la nación asiática deberán pagar 20% a 25% de derechos para exportar trigo y sus subproductos, mientras que para realizar envíos de maíz/arroz y sus derivados el impuesto se ubicará en un rango de 5% a 10%.

“China está adminitiendo que su producción de cereales ya no alcanza para satisfacer la demanda interna”, dijo Ron Mortensen, presidente de Advantage Ag Strategies, a la agencia Bloomberg. “Este es el primer paso para que China se transforme en un importador de maíz”, añadió.

El contrato de maíz marzo 2008 del CBOT cerró ayer con un alza del 0,8% en 4,555 u$s/bushels. En 2007 registró una ganancia del 17%, luego de subir un 81% en 2006.

China exportó 4,87 M/toneladas de maíz en los primeros once meses de 2007, una cifra 85,3% superior a la registrada en el mismo período de 2006, según datos oficiales de la nación asiática. Las exportaciones de arroz crecieron un 5,8$% para alcanzar 1,13 M/toneladas entre enero y noviembre, mientras que las de trigo se elevaron un 206% para sumar 1,85 M/toneladas.

En noviembre pasado el índice de inflación al consumidor en China subió un 6,9% (la cifra más alta de los últimos once años) a causa de un fuerte incremento en el valor de los alimentos. La inflación se sitúa en la actualidad como una de las principales preocupaciones de las autoridades del país asiático.


INNOVACIÓN
Un modelo inteligente
La zona del Delta Bonaerense descubrió su vocación ganadera. Un grupo de productores agropecuarios lograron una simbiosis perfecta entre ganadería criada a pasto natural y la producción de maderas finas a partir de la forestación con álamos y sauces
El Obelisco y la ciudad de la furia están a menos de una hora de distancia. Sin embargo, eso no impide que, en las fértiles tierras del delta que rodea el río Paraná, un grupo de productores agropecuarios tengan un modelo de producción que logra la simbiosis perfecta entre ganadería criada a pasto natural y la producción de maderas finas a partir de la forestación con álamos y sauces.

El milagro es posible en el Delta Bonaerense, a la altura del partido de Escobar, en campos como Establecimiento San Pedro, de Luis y José Luis Cosentino. Una zona que descubrió su vocación ganadera hace poco menos de un lustro, cuando el avance acelerado de la agricultura sobre los campos de San Pedro, Campana y sus alrededores obligó a las vacas a refugiarse en el rosario de islas que forma el zigzagueante río, antes de desembocar en el Río de la Plata.

Y, aunque la tradición ganadera en el Delta es reciente, no por eso la actividad es menos exitosa. Con una fuerte inversión en infraestructura para manejar el agua, que acá lo rodea y domina todo, José Luis Cosentino logra terneros Angus de 8 meses con un peso de 230 kilos y tiene índices de producción considerados altos para la media del país: 96% de preñez y 92% de destete, con una carga de un animal cada 0,70 hectárea.

El productor tiene un plantel de 250 madres en un total de 450 hectáreas, de las cuales 370 están cubiertas con álamos forestados.

“El futuro de esta zona es la ganadería de cría. Las condiciones del lugar son inmejorables y esta actividad con la forestación hacen un mix ideal, porque la existencia de vacunos reduce enormemente el riesgo de incendios y la oferta forrajera es incomparable”, indicó Cosentino.

El forraje es, justamente, el secreto de la carne producida en estas tierras. Aplicando un cuidado manejo del agua se puede lograr que las especies naturales de la zona alcancen su máximo potencial y la oferta forrajera sea tan alta, que obliga a los productores a hacer rollos para poder aprovechar toda la productividad de los pastos.

“Hoy la vaca no da abasto para comer todo lo que hay”, afirmó Cosentino. “Si fuera por la oferta veraniega habría que poner más vacas, el tema es el invierno, cuando decae mucho la cantidad de pasto, y ahí usás la reserva”, agregó el productor.

La oferta de forraje natural incluye cebadilla, raigrás y trébol blanco. Esta última especie es la responsable de un índice alto de nacimiento de terneros mellizos en el establecimiento, por su alto contenido de estrógeno.

El papel de la forestación
En forestación, la otra actividad que promete en la región, las tácticas del modelo productivo son un poco más conservadoras, ya que Cosentino apuesta a una menor densidad de forestación por hectárea para lograr árboles más gruesos, lo que deriva en madera de mayor valor comercial. “Empiezo plantando 450 plantas por hectárea y al séptimo año aplicamos un raleo para sacar un 30% de densidad, con lo que te quedan 300 plantas por hectárea”, explicó Cosentino.

Ese 30% que sale del raleo se vende a Papel Prensa para triturado (subproducto que se usa para hacer celulosa) y el resto se destina a la producción de bobinas para tableros o a aserraderos, que tiene más valor en el mercado.

“Para darse una idea de lo que vale cada producto, si la madera para debobinado vale 2, la de aserradero vale 1,50 y la que es para triturado, que es la que tiene menos valor agregado, vale 1”, explicó Juan Manuel García Conde, productor vecino de Cosentino que dirige el Establecimiento Las Carabelas, campo destinado a la producción de triturado para la firma Papel Prensa.

“La clave en estos campos es combinar las diferentes producciones de madera. Un productor no puede vivir de hacer solamente triturado. Tiene que hacer un mix de eso y madera de calidad para tener rentabilidad”, acotó Jorge Serra, directivo de la Regional Delta de la Asociación Forestal Argentina (AFOA).

Cosentino plantó álamos en la zona, con clones traídos de América del Norte. Dado el poco conocimiento que hay por escrito sobre la explotación silvopastoril en el país, la experiencia de los Cosentino marcó una senda y por eso hoy es motivo de interés de los expertos y de que el establecimiento tenga en su superficie una veintena de ensayos del INTA y otros organismos de investigación.

Costos de producción
De acuerdo a Cosentino y a García Conde, para producir en el Delta es necesario partir con una fuerte estructura para manejar el agua, que pueden ser diques, zanjas o ataja repuntes.

Eso incide fuertemente en los costos finales, ya que, si bien el costo de la tierra es relativamente bajo (500 dólares la hectárea), los movimientos de tierra pueden ser casi tan costosos como el valor de la tierra misma, con lo que tener una hectárea libre de agua para cultivar puede costar 1000 doláres/ha. De acuerdo a Cosentino y García Conde, otro de los factores que más incide en los costos de producción es la escala.

“El 80% de los productores de acá tiene campos chicos. Un campo ganadero promedio tiene 800 ha y uno de triturado entre 800 y 1000”, explicaron los productores. “Y como no hay contratistas en el Delta, todos tenemos que hacer todo, lo que nos vuelve ineficientes. Para hacer un rollo, por ejemplo, tengo que comprar mi propia enrolladora, para sólo hacer 120 rollos por año. Me ahorro plata en rollos, pero no amortizo los costos de la maquinaria”, dijo Cosentino, para luego señalar que hasta el momento han sido vanos los intentos de conformar una cooperativa de productores entre los ganaderos de la zona.

Otros costos extras de producir en el Delta tienen que ver con el escaso poblamiento y la falta de infrestructura y conectividad del lugar.

“Como no hay nada, hay que construir casa para todos los empleados porque no hay donde vivir ni acceso fácil a pueblos cercanos. También se debe contar con una lancha para desplazarse y una camioneta, al menos”, enumeraron Cosentino y García Conde. “Eso sin contar que la conexión telefónica o a Internet es muy complicada, porque Telecom y Telefónica nos han determinado como una zona marginal, pese a que estamos a una hora del Obelisco”, dijeron.

Valor agregado
Otro detalle a tener en cuenta sobre el potencial del lugar es que los campos están insertos en medio de una tierra declarada “Reserva de Biosfera” por la Unesco.

Así, en un territorio estimado en 90.000 hectáreas, hay 10.000 reservadas para la protección de las flora y fauna locales (la selva ribereña, el ciervo de los pantanos, el carpincho, los lobitos de río), 15.000 de una zona de amortiguación, para actividades artesanales y ecoturismo y unas 65.000 adonde se desarrollla la actividad forestal y ganadera.

La creación de la reserva implicó la realización de protocolos de producción ecológica de madera, carne y agricultura. Esto podría dar a los productores la posibilidad de tener su sello de origen, por el hecho de que una producción efectuada dentro de una reserva natural puede tener mayor valor en el mercado.

De acuerdo a Cosentino y García Conde, los protocolos ya están listos para ponerse en marcha, lo único que falta es una mayor difusión para que los productores locales lo apliquen y logren la ansiada diferenciación de sus terneros y su madera.


PRODUCCION Y EXPORTACIONES: ARGENTINA ES LIDER MUNDIAL EN MANI DE CALIDAD.
El maní va para adelante

La cadena manisera está creciendo. Este año se suman más hectáreas y sube la apuesta tecnológica.
¿Brad Pitt paladea manteca de maní argentino en "Conoces a Joe Black"? Quizás no sea cierto, pero sí probable. Pues aunque el consumo de maní en la Argentina no pasa del platito junto a una cerveza helada o de la sabrosa garrapiñada, los productores nacionales se las arreglan para vender toda su producción. Y no sólo eso, gracias a ellos más de 300 millones de dólares en divisas contantes y sonantes ingresan cada año a las arcas del país.

El cultivo e industrialización del maní se afianzan como polea transmisora de la economía del sur de Córdoba, cuyo núcleo está en las poblaciones de General Deheza, Cabrera y Carnerillo. Otros 30 pueblos de la zona, y también de La Pampa y San Luis, dependen también del fuerte impulso que ha tenido el sector, con precios que prometen un piso de US$ 1.400 por tonelada para la próxima cosecha.

La producción involucra a unas 10.000 personas en forma directa, desde los campos de cultivo hasta que el producto es embolsado y puesto en contenedores para la exportación. En la última campaña, se vendieron al exterior 409.000 toneladas de maní confitería.

El 95% del maní que exporta Argentina sale de esta zona, cuya vida económica y social depende del maní. Y los industriales del sector aseguran que aportan más divisas que el vino. "Y eso que se habla del boom del vino; además estamos lejos de ser un commodity", desafió Luis Gastaldi, cuya firma familiar fue fundada hace 76 años en General Deheza.

Gastaldi produce anualmente 19.000 toneladas de maní confitería y 11.000 de blancheado, el maní sin cáscara ni piel.

Orgulloso, le mostró a Clarín Rural el flamante sector de maní blancheado, con tecnología de última generación.

"La electrónica es lo único que importamos, el resto lo diseñó nuestra gente", agregó Gastaldi junto a una sofisticada computadora -con cámara digital y selectora electrónica- que mide peso, grosor y forma de los granos de maní, y los aparta, al igual que los que tienen moho u hongos.

Cuando el industrial habla de su gente, menciona por supuesto a Daniel Giraudo -un ingeniero formado en la Universidad de Córdoba- que hizo maravillas con la planta.

"Todavía los sueños tienen polenta y vamos a mejorar todo, porque nuestra planta ya es vieja", agregó Gastaldi sonriente.

La modernización de Gastaldi, como la de otros industriales maniseros, incluye una nueva cámara de frío para 1.400 toneladas. Su planta, con 130 operarios, posee ahora una capacidad de almacenaje de 900 ton, a 20 grados.

"Nosotros procesamos 54.000 ton este año (en 2006, 43.000), con una producción de 2.500 kilos por hectárea", dijo a Clarín Rural, Juan Carlos Macagno, gerente de maní en Cotagro, de General Cabrera. Esta cooperativa, con 700 socios en el sur cordobés, procesa la cosecha de unos 150 productores maniseros. Exporta a EE.UU., Rusia, Sudáfrica, Arabia Saudita, Líbano, Israel y Europa, además de Brasil, Venezuela, México, Chile y República Dominicana.

Macagno evaluó que la superficie cultivada creció un 5% en 2007, manteniéndose en las 230.000 hectáreas. Pero los rindes han crecido casi un 70% desde 2002, pasando de 1.489 kilos de maní en caja por hectárea a 2.500 en la última zafra. Se llama así a la vaina sin descascarar, pero al sacar la cáscara quedan unos 1.875 kilos con piel y tegumento por hectárea. "Hay que multiplicar por 0,75", explicó Macagno.

De las 54.000 ton que procesa Cotagro, el 60% corresponde a maní crudo y el 40% restante a maní "blancheado", que es el que ya no tiene piel y ha pasado por la secadora y la selectora, de manera que tiene humedad y calidad homogéneas. Giraudo y María Scotta, los dos de Gastaldi, también señalaron que la siembra aumentó alrededor del 6%, con unas 230.000 has en total, y explicaron que ese proceso es el que transforma al maní en una industria diferenciada pues de las plantas sale un producto comestible. "Además, crecimos en tecnología, con una inversión de un millón de dólares por año, por lo cual estamos procesando 35.000 tns anuales", señaló Giraudo.

María Scotta agregó que los logros de mercados también se basan en la calidad: "Certificamos bajo normas HACCP, un sistema de seguridad de los alimentos, que Europa recién aplicará en 2009 y nosotros cumplimos desde 2001, agregadas a las Buenas Prácticas de Manufactura diseñada para plantas alimenticias".

"Por eso la Argentina está consolidada como el principal proveedor de maní de alta calidad del mundo y se da el lujo de presentar una denominación de origen que es el Maní de Córdoba", explicó a Clarín Rural, Beatriz Ackermann, directora ejecutiva de la Cámara Argentina del Maní. Esta agrupa a unas 15 industrias -algunas con más de una planta-, a los productores, a los técnicos y demás integrantes de la cadena manisera. "Hoy el maní argentino se exporta a 60 países del mundo y les vendemos a productores mundiales como EE.UU., India y China", agregó Ackermann. Desplazó del segundo lugar a EE.UU. y se ubica detrás de China (6 millones de has, 14 millones de ton de producción). "Pero el chino es un maní mediocre -agregó- y la clave del argentino es su calidad y sanidad. El maní de Córdoba es único en el mundo por sus vitaminas, sales, fitoesteroles (contra el cáncer), calcio, minerales, según estudios del INTA y la Universidad de Río Cuarto". Ackerman explicó que también es fruto de la investigación que hacen con el INTA, las universidades de Río Cuarto, Córdoba y Villa María y el Ceprocor, impulsadas por la Fundación Maní Argentino, sostenida por la industria y los productores.

1 comentario:

Movimiento Argenlibre dijo...

Un coordial slaudos desde el Movimiento Argenlibre