2007-06-29
Todavía consideramos al valor agregado como se lo considera en la sociedad industrial, pero el pensamiento evoluciona y la sociedad de conocimiento supera esto. Discutamos un poco sobre estos puntos.
La competitividad de un país o de una región debe ser ponderada considerando las condiciones cambiantes en que el mundo se desenvuelve.
Al analizar el comportamiento de los escenarios comerciales internacionales se observa que a medida que avanzan los años cae el consumo de bienes tangibles frente a los servicios.
Se dice que los países de menor desarrollo económico relativo continúan como proveedores de productos básicos, con bajo o nulo valor agregado.
¿Es esto así? ¿Los países de menor desarrollo económico, producen productos básicos sin valor agregado?
Una cosa es cierta, la mayoría de los países latinoamericanos son menos competitivos en el comercio mundial.
Pero, analicemos el valor agregado de los productos agrícolas.
Una característica de estos es que son voluminosos, por lo que no es conveniente dedicar la investigación agraria únicamente a obtener mayor productividad por hectárea, con el fin de aumentar la competitividad en el producto final.
Se puede observar que la mayoría de los países de América Latina están buscando un patrón de especialización mas diversificado que supone un mayor contenido de tecnología.
Esta estrategia esta partiendo de las actuales ventajas comparativas con el fin de diversificar la estructura productiva.
Entonces, cobra especial relevancia la posibilidad de utilizar parte de los recursos provenientes de los altos precios de los productos primarios para apoyar la generación de encadenamientos que aumenten el contenido de valor agregado de los productos de exportación y para fortalecer el proceso de innovación.
Hace ya muchos años, la actividad agrícola fue caracterizada como primaria. En ese entonces, no existían fungicidas, insecticidas, acaricidas, micro nutrientes, fertilizantes, mejoramiento de semillas; ni todas las herramientas agrícolas necesarias para su aplicación.
En este largísimo proceso el cambio fue cualitativo, por lo que no fue percibido por la mayoría de los economistas y políticos de los países subdesarrollados.
El motivo de la no compresión reside en que la tecnología esta ubicada, toda, con anterioridad al producto, sin modificarlo.
La falta de conocimiento y análisis de este proceso ocasiona que todavía se denomine a estos productos materias primas o commodities, con la carga negativa implícita que lleva esa forma de denominarlos.
Siguiendo esta línea de pensamiento, vale citar aquí una reflexión que corresponde a Gustavo Grobocopatel, quien mantiene este discurso hace varios años.
“Cuando se exporta un grano, se exporta conocimiento científico envasado en él. El valor agregado de las cosas, no tiene que ver con la transformación del producto, sino con los conocimientos utilizados para producirlo. Entonces, los commodities argentinos tienen un alto valor agregado por la inversión de tecnología. Estamos hablando de conocimiento científico, tecnología utilizada, tecnología de la información, servicios, mas transporte.”
La segmentación de la economía en un sector primario, otro secundario y otro terciario es una visión de la Sociedad Industrial que es superada por la Sociedad del Conocimiento, en la que estos sectores aparecen integrados.
Concluyendo, el concepto de valor agregado en la Sociedad del Conocimiento dista mucho de parecerse al forjado en el marco de la Sociedad Industrial.
Todavía consideramos al valor agregado como se lo considera en la sociedad industrial, pero el pensamiento evoluciona y la sociedad de conocimiento supera esto. Discutamos un poco sobre estos puntos.
La competitividad de un país o de una región debe ser ponderada considerando las condiciones cambiantes en que el mundo se desenvuelve.
Al analizar el comportamiento de los escenarios comerciales internacionales se observa que a medida que avanzan los años cae el consumo de bienes tangibles frente a los servicios.
Se dice que los países de menor desarrollo económico relativo continúan como proveedores de productos básicos, con bajo o nulo valor agregado.
¿Es esto así? ¿Los países de menor desarrollo económico, producen productos básicos sin valor agregado?
Una cosa es cierta, la mayoría de los países latinoamericanos son menos competitivos en el comercio mundial.
Pero, analicemos el valor agregado de los productos agrícolas.
Una característica de estos es que son voluminosos, por lo que no es conveniente dedicar la investigación agraria únicamente a obtener mayor productividad por hectárea, con el fin de aumentar la competitividad en el producto final.
Se puede observar que la mayoría de los países de América Latina están buscando un patrón de especialización mas diversificado que supone un mayor contenido de tecnología.
Esta estrategia esta partiendo de las actuales ventajas comparativas con el fin de diversificar la estructura productiva.
Entonces, cobra especial relevancia la posibilidad de utilizar parte de los recursos provenientes de los altos precios de los productos primarios para apoyar la generación de encadenamientos que aumenten el contenido de valor agregado de los productos de exportación y para fortalecer el proceso de innovación.
Hace ya muchos años, la actividad agrícola fue caracterizada como primaria. En ese entonces, no existían fungicidas, insecticidas, acaricidas, micro nutrientes, fertilizantes, mejoramiento de semillas; ni todas las herramientas agrícolas necesarias para su aplicación.
En este largísimo proceso el cambio fue cualitativo, por lo que no fue percibido por la mayoría de los economistas y políticos de los países subdesarrollados.
El motivo de la no compresión reside en que la tecnología esta ubicada, toda, con anterioridad al producto, sin modificarlo.
La falta de conocimiento y análisis de este proceso ocasiona que todavía se denomine a estos productos materias primas o commodities, con la carga negativa implícita que lleva esa forma de denominarlos.
Siguiendo esta línea de pensamiento, vale citar aquí una reflexión que corresponde a Gustavo Grobocopatel, quien mantiene este discurso hace varios años.
“Cuando se exporta un grano, se exporta conocimiento científico envasado en él. El valor agregado de las cosas, no tiene que ver con la transformación del producto, sino con los conocimientos utilizados para producirlo. Entonces, los commodities argentinos tienen un alto valor agregado por la inversión de tecnología. Estamos hablando de conocimiento científico, tecnología utilizada, tecnología de la información, servicios, mas transporte.”
La segmentación de la economía en un sector primario, otro secundario y otro terciario es una visión de la Sociedad Industrial que es superada por la Sociedad del Conocimiento, en la que estos sectores aparecen integrados.
Concluyendo, el concepto de valor agregado en la Sociedad del Conocimiento dista mucho de parecerse al forjado en el marco de la Sociedad Industrial.
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