Congreso Nacional de AACREA - Desarrollo comunitario

El desarrollo comunitario es posible con un cambio de actitud

La experiencia del Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza, del empresario vitivinícola José Zuccardi y de Marcelo Gatica, intendente de Jesús María.

“El desarrollo es una creación: depende de nuestras capacidades. Se trata de una cuestión compleja, no es algo simple, porque para que se cumplan el desarrollo debe haber eficiencia, solidez tecnológica, equidad, respeto por el ambiente; y todos estos objetivos suelen estar en tensión permanente. El caso de la pastera Botnia en Uruguay es un ejemplo de ello”. Así lo indicó hoy Oscar Madoery, secretario de Producción, Promoción de Empleo y Comercio Exterior de la Municipalidad de Rosario, durante una conferencia ofrecida en el XVIII Congreso Nacional CREA 2007, realizado en la ciudad de Córdoba.
“El desarrollo como creación nos pone como protagonistas, y no como espectadores que creen que la causa de todo lo malo siempre está afuera, en otra parte”, añadió.
“Una sociedad para desarrollarse necesita canalizar todas las energías presentes en la misma. El desarrollo siempre se asocia a una idea material, de generación de riqueza, instituciones, pero el desarrollo también está relacionado con activos intangibles, tales como los valores en los cuales se sustentan los modelos de generación de riqueza”, sostuvo Madoery.
“Resolver problemas económicos es más fácil que resolver problemas institucionales, pero mucho más difícil es salir de una crisis de valores”, apuntó el funcionario.
“En definitiva, más tarde o más temprano, la economía no podrá avanzar más que la sociedad que la contiene. Más tarde o más temprano, la sociedad no podrá ir más allá de las personas que la viven”, concluyó.
Por su parte, Silvia Flores, cofundadora del Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza, dijo que “para nosotros fue muy importante luchar por la posibilidad de seguir siendo dignos, por eso decidimos rechazar los planes sociales, porque consideramos que atentaban contra la cultura del trabajo”.
“Fue muy difícil, porque al rechazar los planes la mayor parte de los compañeros decidieron irse a otros movimientos que sí aceptaban planes, y quedamos muy pocos”, agregó Flores.
“Nos planteamos generar nuestro propio trabajo, así fue como empezamos a gestionar nuestros propios emprendimientos productivos; no teníamos dinero, pero sí mucha convicción. Empezamos con una panadería, a pesar de no tener ninguna máquina, sólo la fuerza de trabajo de los compañeros”, relató Flores.
“Había algunos que sabían producir panificados, pero nos fundimos varias veces porque no teníamos conocimientos de gestión, pero aprendimos mucho. Hicimos 1500 pan dulces, gracias a la conductora Maru Botana, para financiar una escuela de panadería en nuestro barrio y sacar a chicos en situación de riesgo; hoy podemos decir que si los chicos tienen una oportunidad, la aprovechan.

Chicos con problemas encontraron una salida en nuestro espacio”, explicó.
“Comenzamos un taller de costura en 2001, para lo cual pedimos capacitación a la Universidad de San Martín y nos la dieron; teníamos máquinas prestadas de una vecina que las traía cuando no tenía trabajo; en 2004 la embajada suiza (en Buenos Aires) nos donó máquinas y luego hicimos una articulación con el diseñador Martín Churba, por medio de la cual logramos exportar remeras a Italia y guardapolvos a Japón”, comentó Flores.
“Fue la prueba de que la complementación es posible, y esto fue posible, si nos integramos y vencemos los prejuicios, que muchas veces no nos permiten integrarnos con otros, vamos a poder cambiar esta sociedad. Esto tiene que ver con vencer la cultura del individualismo y empezar a trabajar para construir, no para destruir”, indicó.
En tanto, José Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola (UVA) y propietario de la bodega homónima, dijo que “si no contamos con una comunidad en desarrollo, la calidad del vino tampoco podrá desarrollarse, porque el vino es una cuestión artesanal.

Por eso trabajamos mucho en el desarrollo de las familias, a través de una serie de actividades que permitan crecer a nuestra gente. Y no lo hacemos por una cuestión de calidad: es que no se puede hacer vinos de calidad sin gente de calidad”,
“Entre los objetivos de nuestra empresa no aparece la rentabilidad, porque consideramos que no es un objetivo, sino una condición; la rentabilidad en las empresas es equivalente a la respiración en los humanos: sin ella no se puede vivir.

Pero, ¿quién aceptaría vivir sólo con objetivos de rentabilidad? No alcanza con eso”, explicó Zuccardi.
Marcelino Gatica, intendente de Jesús María, Córdoba, señaló que se involucró en política “a fines de 2001, en un momento en el cual la municipalidad de Jesús María no le podía pagar a los proveedores, nadie le quería vender nada, pagaba los salarios en cuotas y muchos la ponían como un ejemplo de lo que no se debe hacer.

El intendente se había quedado solo y nadie quería ayudarlo, así que con un grupo de vecinos decidimos darle una mano para poder construir el sueño común presente en todo pueblo, que es tener una comunidad mejor”.
“Es posible estar en lo público sin abulonarse en los cargos; nuestro equipo de trabajo está integrado por vecinos comunes, profesionales, que tienen sus propias actividades”, indicó.
“Es posible articular esfuerzos individuales si existe un Estado fuerte y que tenga la capacidad moral para convocar a la capacidad de un proyecto común; pero esto no se puede hacer si vemos hechos de corrupción o una dilapidación de fondos públicos. Esto se puede hacer cuando los vecinos ven que somos capaces de seguir siendo nosotros mismos y de construir un Estado que da respuestas de manera eficiente, administrando austeramente los recursos públicos, con gente que tiene voluntad y ganas de comprometerse”, comentó Gatica.
“Hemos logrado buenos niveles de recaudación; se pueden cobrar tasas justas para intentar brindar servicios a todos. En el peor momento de la crisis llegamos a tener unos 700 planes sociales, mientras que hoy están quedando alrededor de 185, porque la mayor parte se reinsertaron por cuenta propia y otros por iniciativa de programas municipales”, explicó el funcionario.
“Es necesaria la articulación entre el sector privado y el público.

Es de mirada corta no pensar en el otro; quienes más tienen, deben asumir el compromiso de la construcción de un proyecto común. La gente decente tiene que ocupar los lugares públicos, si cada uno se involucra en sus propios pueblos, los casos como el nuestro se pueden multiplicar”, sostuvo Gatica.

Juan Manuel Repetto

Responsable de Prensa de AACREA

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