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13.5.08

Comunicados de Prensa CREA




Pautas para afrontar un problema serio

Medidas de control para reducir pérdidas en trigos por el ataque del virus del mosaico estriado

Los casos de trigo con síntomas de virosis por Wheat Streak Mosaic Virus (WSMV) asociada a la presencia de ácaros ya pasaron a ser un problema serio en la región Mar y Sierras. “Lo que hay que saber es que los ácaros pasan del cultivo de trigo al trigo guacho y éste vuelve a infectar al cultivo de trigo; o sea que lo que debemos controlar son los cultivos guachos”, explicó Jorge González Montaner, coordinador de la Comisión de Agricultura de la región Mar y Sierras del Movimiento CREA.
Para evitar la presencia de trigo guacho, el especialista recomendó aplicar la táctica de vacío sanitario, que es obligatoria en Brasil para controlar la expansión de la roya de la soja. “En Brasil queman con herbicidas todo guacho de soja para que la roya no se propague; en nuestro caso, habría que hacer lo mismo con los guachos de trigo”, alertó González Montaner durante una jornada organizada en la Sociedad Rural de Azul por los grupos CREA de la región Mar y Sierras.
Otra medida de control recomendada por el especialista es evitar las siembras muy tempranas. “Volcarse a ciclos cortos no me parece una buena herramienta, porque con que haya algo de ciclo largo dando vuelta, la enfermedad puede aparecer; la alternativa, en todo caso, es la cebada”, indicó.
Además, González Montaner indicó que la infección “puede pasar de un campo a otro con el viento, o sea que si el vecino hace las cosas mal, ustedes pueden sufrir las consecuencias”.

Alternativas
Los especialistas de la región Mar y Sierras detectaron que los materiales menos afectados fueron Puelche, Baqueano, B75, ACA 901 y Tauro. “No obstante, las diferencias entre variedades son muy tenues, porque no hay materiales tolerantes a la enfermedad”, aclaró González Montaner.
En lo lotes con afectaciones serias de virosis por WSMV, González Montaner recomendó pasarse a cebada. Sin embargo, ensayos realizados por Graciela Truol, del Instituto de Fitopatología y Fisiología Vegetal del INTA (con sede en Córdoba), mostraron que esta especie también puede llegar a ser afectada por los ácaros. “En nuestra zona, por el momento no hemos visto problemas en cebada”, apuntó el técnico.
“Con tratamientos de semilla hemos logrado respuestas de apenas 300 a 400 kg/ha; no es una solución”, explicó González Montaner, para luego añadir que “en iguales condiciones de afectación, en los lotes mejor nutridos se morigera un poco la enfermedad”. Por otra parte, el especialista dijo que “los tratamientos con insecticidas luego de la detección de la enfermedad no han dado resultados; en ese sentido, la bibliografía no nos ayuda tampoco”.
González Montaner también advirtió que los productores de aquellas zonas sin presencia de la enfermedad hasta el momento o que deban sembrar cultivares provenientes de otras zonas, deben realizar un análisis de semilla para determinar si las mismas están infectadas con WSMV; sucede que ya se detectaron partidas de semillas con diferentes valores de incidencia de la enfermedad. “El análisis de semillas es una alternativa, pero sólo en las zonas donde no se haya detectado la enfermedad”, explicó.
En el verano 2008 se realizaron estudios en la localidad bonaerense de Balcarce a partir de los cuales se determinó la presencia de WSMV en cultivos espontáneos de avena, Digitaria y capín (Echinochloa crusgalli). Esta fue la primera detección de malezas como reservorios de verano para WSMV.

Características
En la Argentina la enfermedad se detectó por primera vez en 2002 en las localidades cordobesas de Jesús María y Marcos Juárez (Truoel et al, 2004). En noviembre de 2003 el Senasa –por medio de la resolución 248/03– declaró al WSMV como “plaga no cuarentenaria”, lo que implica que el monitoreo de la misma pasa a ser permanente. Y a partir de 2006 comenzaron a registrarse ataques severos de la enfermedad en la región Mar y Sierras (en los cuales se observaron lotes con un 100% de incidencia). Los síntomas de la enfermedad se manifiestan como estrías cloróticas –que pueden ser leves o severas–, variados grados de necrosis y muerte de macollos

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