¿Hay un Plan B?
Se reaviva la protesta agropecuaria de la mano de la proximidad de la votación en el Senado, de la ley Kirchnner de retenciones móviles. La carpa del campo en el Congreso cumple con la lógica de instalar en la cabeza de los porteños la problemática del sector. La movilización a la capital es valiosa porque deja en el pensamiento de los políticos la enorme cantidad de gente que puede no votarlos en la próxima elección. La presencia a la vera de los caminos es una medida vidriosa.
La mesa de enlace sabe que convoca a la ruta pero después no controla el destino de los cortes.
En el supuesto caso de que el Senado actúe por obediencia debida y la ley se apruebe, el campo enfrenta una pelea más dura y a largo plazo. En esa lucha las protestas del pasado suman y restan en la adhesión de la gente. Y en definitiva como ya lo hemos dicho esta pelea se define por lograr mayor apoyo de la opinión pública. En este contexto la vigilia en las rutas puede convertirse en cortes ante la mínima provocación o ante el resultado adverso de la votación parlamentaria.
La mesa de enlace necesita tener un "Plan B". El corte de ruta agotó su efecto benéfico en la pelea global. El conflicto mutó a desarrollos de largo plazo. Hay que definir los distintos horizontes de la protesta. El Miércoles 16 es uno de ellos. Luego puede ser el proceso judicial y luego la renovación parlamentaria de 2009. En este contexto la presencia en las rutas, resta más de lo que suma.
Sigue faltando una estrategia publicitaria de apoyo a la posición agropecuaria. Sigue faltando un diseño de política agropecuaria global nacida de las entidades, promocionada y publicitada entre la gente común. Falta definir dentro del sector los que apoyaron y los que se borraron durante el conflicto. Talvez de allí salgan acciones más efectivas y beneficiosas para adoptar, como por ejemplo bloquear los puertos cerealeros.
Marcelo RighettiLic. en Ciencias de la ComunicaciónMiembro del equipo de Palabra Rural.


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