Danone se quedaría con la totalidad de La Serenísima

Se vendería a fin de año

GENERAL RODRIGUEZ-BUENOS AIRES, Junio 21 (CAMPONOVA) La crónica corrió como reguero de pólvora en los medios nacionales y generó un cimbronazo entre los analistas económicos y políticos.

Mastellone Hnos (La Serenísima) podría venderse este año a la filial local de la compañía francesa Danone. La noticia, publicada en principio el lunes en un artículo del diario La Nación, no fue desmentida ni ratificada por las empresa láctea, algo que no deja de llamar la atención, dado que meses atrás, la misma versión, hizo que Pascual Mastellone saliera raudamente al cruce de la misma y desmintiera la transacción económica.

En ésta ocasión la cuestión parece tener un fuerte viso de realidad y por ese motivo, algunos allegados a la dirección de la empresa solamente contestaron a nuestro medio que “es una alternativa que se viene manejando en las últimas reuniones”.

Los problemas financieros y principalmente la imposibilidad de poder manejar el negocio propio a raíz de las presiones del gobierno para mantener el precio de la leche, hicieron que en definitiva Don Pascual desista de seguir luchando y le informe al controvertido Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, que la empresa dejará de ser propiedad de la familia Mastellone.

El motivo oficial que esgrimieron los hermanos Mastellone (Pascual, Vittorio y José), era que no tenían una continuidad familiar dispuesta a hacerse cargo de la empresa y por ese motivo prefieren venderla ahora. Lamentablemente ésta realidad la planteó Pascual hace más de 25 años, cuando notaba que detrás de su gestión no salía un sucesor dentro del ámbito interno y por ese motivo ya pronosticaba que La Serenísima pasaría a otras manos externas.

DANONE LA COMPRADORA

Por medio de un comunicado enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la empresa local informó: “Como es de público conocimiento, Mastellone Hermanos S.A. y Danone mantienen una vinculación comercial y estratégica muy estrecha, al punto que comparten la logística del abastecimiento de leche cruda y la distribución de varios de sus productos, así como también las marcas La Serenísima y Ser”, agregando que “por tal motivo, existe un diálogo fluido y constante entre las dos empresas, con el objetivo de evaluar mercados, políticas y estrategias que sean de interés común para las actividades de ambas. Dentro de ese marco, se han analizado preliminarmente distintas alternativas de negocios, destacándose que no existe ningún acuerdo al respecto”.

Pese a que no se cerró la negociación la cuestión ya estaría encaminada, por lo que se presume que antes de fin de año se dará a conocer la noticia oficialmente.

GOBIERNO ENOJADO

Pese a que no hubo declaraciones al respecto, la noticia no cayó nada bien en el gobierno nacional, dado que los funcionarios manejaban otra hipótesis y es la de pasar la empresa a manos del Grupo Eskenazi, el cuál ya había intentado quedarse con SanCor hace tres años.

La idea de Pascual Mastellone de pasar La Serenísima a poderes económicos multinacionales hace que exista un signo de pregunta sobre la aceptación del gobierno ante el acuerdo y por ese motivo se especula que la única manera de poder concretar la transferencia, sería que algún capital nacional también coloque su dinero en un porcentaje importante.

Según el Diario La Nación y respecto al futuro de Pascual Mastellone, habría confiado a sus más íntimos directivos de la empresa, que su idea era continuar al frente un tiempo más. En rigor, según las informaciones que se manejan, Pascual quedaría al frente de la firma como gestor de la compra de leche, por tratarse principalmente de una figura muy conocido entre los tamberos.

EMPLEADOS

Con referencia a la posición de los empleados, aún no se les ha informado oficialmente sobre la posible venta de la empresa, por lo que esperarán las próximas semanas para saber si a través de un grupo de delegados, podrán obtener detalles de cual es el futuro que les depara.

Por lo pronto hay una cierta confianza en que Don Pascual no los dejará a la deriva y en una negociación pedirá, por lo menos, la continuidad laboral de todos los que hoy forman parte de lo que tiempo atrás se denominó “la gran familia”. (CAMPONOVA)